Durante los últimos 12 años los mercados estadounidenses se mantuvieron constantemente en subida. Desde la crisis del 2008 hasta el 20 de Febrero del presente año, siempre presentaron señales de fortaleza alcista, mientras los toros (inversores que apuestan al alza), acompañaban este movimiento para constantemente ir buscando máximos históricos.
Todo iba bien hasta que, un día, esa gran euforia americana de ganancia constante acabó. Esta vez, la razón no fue el colapso de la burbuja inmobiliaria como en el 2008, el Brexit, o la guerra comercial entre Estados Unidos y China, sino que fue un simple virus que surgió involuntariamente en un mercado de Wuhan, China, que hoy conocemos como el famoso COVID-19 (Coronavirus).
El 17 de Noviembre del 2020 el virus comenzó a expandirse, llevándose la primera muerte al bolsillo. En ese momento, mientras China cultivaba lo que en unos meses sería una crisis mundial, al otro lado del mundo Estados Unidos celebraba el comienzo de la nueva década con un mercado más fuerte que nunca. Sin embargo, la fiesta acabó pronto. Unas semanas después, el 20 de febrero, el virus finalmente tocó la puerta de los mercados norteamericanos.
¿Qué pasó exactamente? Empecemos por el principio. Como sabemos, el mercado se mueve por emociones: cuando hay afán de ganar, sube; y, cuando gana la desesperación, baja.
Al invadir Europa y Asia y tocar los 100,000 casos a nivel mundial con más de 10,000 muertes, el COVID-19 dejó de ser “una gripe más” y pasó a ser un problema internacional. Los inversores en Estados Unidos comenzaron a preocuparse y decidieron sacar todas sus inversiones del mercado, provocando la primer gran caída. Aun en ese momento, nadie sabía lo que se venía.
En cuestión de un mes, los índices más importantes como el SP500, Dow Jones, y Russell 2000 cayeron entre un 35% a 50% de su valor, los cuales habían tomado 12 años en recuperarse luego de la crisis del 2008.
Nadie imaginó, allá por noviembre del año pasado, que un virus en China iba a desencadenar una crisis económica y social a nivel mundial, especialmente en Occidente. Pero los mercados tienen ese don de interpretar los aires de la época y estar un paso adelante. Las emociones de los inversores no mienten, y esta vez no fue la excepción. Tal como plantea la teoría del caos, “el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo”.
Ahora bien, ¿cuál es el panorama actual? Si bien esta última semana los mercados estadounidenses comenzaron a recuperarse de a poco, les llevará mucho tiempo recuperar la fortaleza que habían acumulado durante la última década.
Como analista estructural, hoy podría decir que el mercado finalmente terminó su fase tendencial, la cual evidenció la desesperación ante la pandemia y provocó una innumerable cantidad de ventas. En pocas palabras, ya pasó lo peor.
Ahora, aún frente al aumento exponencial de casos de COVID-19 en EEUU, los toros se posicionan nuevamente para acumular, darle un giro a esta tendencia bajista, y finalmente comenzar a subir. En mi opinión personal, estamos iniciando una nueva fase tendencial alcista, la cual puede durar todo el año o más hasta recuperar lo perdido.
Frente a este panorama, recomiendo operar con cuidado. Las próximas semanas (incluso quizás el resto del año) serán complicadas, ya que hay mucho miedo en el mercado, afectando directamente su volatilidad.
La psicología será un factor clave que determinará el éxito de nuestras operaciones. Habrá días que no podremos entrar en el mercado porque no se presentarán entradas estratégicas. Por eso, hoy más que nunca es importante contar con un plan de trading y respetarlo a rajatabla. Es esencial saber decirle que no al mercado cuando el mismo no es propicio, así como estar muy atentos para detectar las entradas indicadas.
Si lo hacen bien, prestan mucha atención y respetan su plan de trading, es el mejor momento para operar debido a que los movimientos actuales cargan consigo grandes cantidades de dinero.